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sábado, 12 de marzo de 2011

Manipulación de la Urgencia

Supongo que mi naturaleza rudimentaria (primitiva, según se han sincerado algunos) guarda algunas caras poco confesables. Con ellas hago la literatura. Pero no es de eso de lo que quiero hablar. O sí, pero voy a dar un rodeo.
     Pensar por imágenes es una de las zonas menos indecorosas de mi lado primario.
     Hay una escena que siempre llevé puesta. Era verano y yo estaba en una playa alejada, en Valeria del Mar. Un chiquito que no paraba de moverse al lado mío, de golpe desapareció. Miré para el lado del mar y no estaba. Miré para atrás, para la zona de los médanos, y ahí estaba, previsiblemente, de espaldas, el pantaloncito naranja hasta las rodillas, las dos manos oblicuas hacia su entrepierna, las piernas semiabiertas buscando equilibrio, la cabeza en dirección a la arena, y un leve vapor que emergía, suave, a un metro de distancia del niño, sobre la arena.
     Me impresionó su concentración. Mear no merecía ese recogimiento. Me acerqué. Yo estaba a unos veinte metros y lentamente me arrimé. El niño, impensadamente, comenzó a girar en un círculo perfecto. Avanzaba sin quitarle prioridad a la urgencia. Ni atención. En círculo. Yo me quedé a observarlo a una distancia prudente. Cuando llegó al lugar de inicio, frenó. Se adelantó con un saltito, volvió a la posición inicial, maniobró reconcentrado, y llevó sus manos al pantaloncito naranja. Yo hice que miraba al mar. Por al lado mío pasó el chiquillo sin registrarme.
     El resto de la escena es previsible. Me acerqué al lugar del que el niño ya se había desentendido y miré la arena. Ningún misterio. Un círculo perfecto y adentro un garabato con pretensión de firma. YO. La escena es trivial pero hoy para mí es una materia prima noble. Urgencia y sentido estético. Ese teatro es hoy para mí la cifra exacta de la creación estética. Urgencia y manipulación. Primero fue la Urgencia. Luego el Control. Finalmente la forma. Un círculo perfecto firmado en el centro. Hecho de pis. Una geometría limpia crecida de una necesidad primaria.
     Sí. Hay creación sin urgencia. Pose. Artificio. Vanguardería. Sí. Hay creación sin forma. Barro. Expurgación. Plumoterapia. El arte es, bien entendido, la manipulación de la urgencia. El arte, como el deseo de pis, viene de afuera. Es trascendente porque crece de una trascendencia. La necesidad. Con minúsculas para que huela a humor del cuerpo. La creación nace de una alteridad. Un otro que nos manda el cuerpo. Nada más urgente y trascendente que el pis. Todos somos elegidos en ese sentido. No en el otro. Quiero decir, no todos tienen el pulso necesario. Ni la práctica.
      

1 comentario:

  1. que maravilla !! yo ya no tengo palabras para decir cuanto me gustan tus relatos !!

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