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miércoles, 23 de mayo de 2012

El Evangelio según mi abuelo

Todos los seres viven unos instantes de éxtasis,
que señalan el momento culminante de sus vidas,
el instante supremo de la existencia.
(Jack London; El llamado de lo salvaje)

-         …que cinco centímetros del vello del pubis de una mujer, hijo, pueden más que Dios.
-         No entiendo, abuelo.
-         María Magdalena.
-         Sí.
-         María Magdalena era una mujer hermosa y Jesús tenía treinta años.
-         Sí.
-         Que un hombre hace cualquier cosa con tal de impresionar a una mujer que desea.
-         ¿Por ejemplo?
-         Yo, cuando tenía la edad de Jesús, un poco menos, le hice creer a tu abuela que rezaba cada noche. Esa noche accedió a casarse conmigo.
-         Ah…
-         Lo que te quiero decir no es que Dios no exista. Probablemente sí. Lo que es difícil de creer es esa historia del hijo del carpintero.
-         ¿Y vos qué creés?
-         Creo que a veces el pueblo no miente.
-         ¿Y qué dice el pueblo?
-         Que cuando a un hombre se le abren las puertas bárbaras, no importan los caminos que lo lleven a Roma.
-         ¿Eso dice el pueblo?
-         No. El pueblo lo dice mejor. Dice que dos pelos…
-         Shh!- intercedió la abuela, que escuchaba desde el comedor.
-         El pueblo, y yo, claro, decimos que el bueno de Jesús sacrificó su sagrada sangre para salvar a la humanidad-  dijo el abuelo, que nunca dejó, tarde lo entendí, de ser traccionado por los mismos bueyes. 

1 comentario:

  1. Genial, me encantó. Siempre diciendo tanto sin decir. Buenísimo. ¿Te acordás del "Cantar de los Abuelos" de Vicente Battista? Mis alumnos quedaban fascinados por la belleza del texto y porque comprendían que la sexualidad no desaparece con los años, cambia, se suaviza y se reinventa. Pero no cesa.

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