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sábado, 12 de mayo de 2012

Libar


Delante de sí pasaba la fauna de una felicidad evidente. Una escena simple de felicidad evidente pasaba como flotando lento delante de sí. Y él era parte de esa escena de felicidad evidente que no dejaba de pasar como una flor de panadero perdido en un solar. Pero no. Algo, como siempre, algo, como siempre ese mismo algo de siempre, ese mismo algo de nunca se interpuso entre la escena y su máscara de actor. Y pasó de actor a cronista. A mero cronista de algo hermoso que no ocurrió. A cronista de una ausencia, de una falla, de una grieta, de una rajadura ancha abierta entre las cosas y las cosas puras de su cuerpo. Sintió bronca. Asco de sí. ¿Era una misión absurda de Dios? ¿Era una venganza de antes de él que lo confinaba a sacar eternamente la lengua para dejar pegadas las sombras muertas de las mariposas? ¿Tan insulso puede ser el destino de un hombre, un mero destino de narrador, de nombrador, de desterrado, de corrido? La escena era evidente. La felicidad como un perfume insoslayable de mujer se le escapó como a pocos. Increíblemente. Era casi imposible no sentir el calor que despedía la simpleza de la escena. Pero no. Algo, un algo crónico ya, un algo perverso ya, un algo insulso, una maldición eterna, lo despedía de la escena y lo sentaba en una butaca a la sombra de todo para contar que una escena de tremenda hermosura había pasado delante de sí y que había pasado al olvido detrás de la niebla larga una lengua sin baba. Una sílaba sin saliva. Un pormenor inflado de la vida. Un par de letras reunidas para que la carne buena huya intacta. Sin dientes. Por qué coger debía ser la medida de todas las cosas, se preguntó, recordando a su abuelo muerto. Por qué el abuelo escribía y no se sentaba a coger. Por qué una lengua absurda, inocua, entumece los lugares en donde debían posarse las manos. Por qué no terminar de una vez. Por qué no librarse. Y libar. Y libar. Y libar. 

1 comentario:

  1. Dolores del cronista que escribe por la falta, la ausencia,la maldita carencia que da a luz a la literatura.

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